lunes, 27 de mayo de 2013

EAU DE HIERÓN   

Lo sepamos o no, todos, por naturaleza, llevamos un héroe debajo de la piel. Un héroe que, en le caso de algunos, sale todos los días a lucir su vistoso porte; en el caso de otros, sale de cuando en vez a dar un paseo; y, en el caso de los más tímidos y apocados, de aquellos que mientras leen ésto estarán pensando que Casilda con ellos se ha equivocado, que debajo de su epidermis yace una solitaria dermis y nadie más, el héroe de éstos también asoma su tímida, pero valiente, cabeza, si bien, éste reserva sus escasas apariciones para situaciones en las que las condiciones de presión y temperatura lo hagan necesario. Condiciones que suelen darse en circunstancias conflictivas en las que uno se ve solito para sacar sus castañas del fuego.

Que nadie piense que si se encuentra sólo en las antípodas, en mitad de un fregado digno del mismísimo Tintín, reaccionará arrugándose como una pasa de Corinto porque, con toda certeza, crecerá como un garbanzo de Fuentesaúco tras una larga noche de remojo en espera de formar parte de un opíparo cocido. Pero ¡atención! he dicho solo: especifiqué "si se encuentra solo". Porque ésa es la condición necesaria, sine qua non, para que el tímido humano saque fuerzas de flaqueza y al héroe de debajo de la epidermis.

Y es que, sucede CASI siempre que, cuando el grupo es grande, ante un tema espinoso y diplomáticamente peliagudo -y de cuya resolución nadie va a obtener beneficio personal ni condecoración alguna (excluyendo así el interés en intervenir del sempiterno trepa) sino, seguramente, los pies fríos y la cabeza caliente-, quien más y quien menos hace un mutis por el foro y no hay voluntario que valga para ponerle el cascabel al gato Félix....

Para entenderlo mejor, pongamos el clásico ejemplo: el del clásico fétido. ¿Que suele acontecer en esas repetidas ocasiones en que se juntan grupo humano variado (amigos de clase, colegas de trabajo, círculo familiar, ...) e individuo antihigiénico y pestilente, aparentemente ajeno e ignorante de su hedionda tesitura. ¡Todos mudos!

De muy antaño viene el problema ...

Siracusa (Isla de Sicilia, Italia), en algún momento entre el año 265 y el 215 antes de Cristo. Hierón II, tirano de la ciudad, apestaba.
Es decir, su olor corporal era realmente hediondo, pestilente, mefítico, fétido, insalubre, insano, maloliente, pero, como bien han leído, era el tirano de Siracusa. Así pues, por esto y por miedo a la nociva reacción que al oírlo podría experimentar, ninguno de sus súbditos, ni siquiera los más cercanos y allegados, había reunido coraje y valor suficientes para confesar a Hierón tan repulsiva y vergonzante circunstancia.

Sin embargo, una vez llegó a Siracusa una dama foránea más desinhibida e irreverente. Tras la presentaciones de rigor, la descarada huésped espetó a Hierón, con absoluta falta de filtro:

"Hierón, usted huele y, con tal fetidez, que resulta insoportable permanecer a su lado...".

El aire de la sala se congeló y todos los presentes enmudecieron a la espera de la airada,  y seguramente letal, reacción del tirano.
No obstante, Hierón no dirigió sus iras contra la osada dama. En su lugar, cuestionó a sus hombres más allegados por su absoluta ausencia de sinceridad hacia él.

Pero lo que le causaba más extrañeza y dolor era la poca franqueza que había demostrado tener su querida Filistes, hija de ciudadano más poderoso de Siracusa, que años antes Hierón había tomado por esposa, a la que preguntó, consternado, por la causa de su desleal e hipócrita silencio.

Filistes, demostrando poseer inteligencia sobrada y cacumen suficiente para ser cónyuge del mismísimo tirano de Siracusa, respondió adornando su actitud cobarde y mentirosa, aún por omisión, de la siguiente guisa:

"Jamás he querido estar cerca de otro hombre que no fuerais vos, mi señor, así que pensaba que vuestro olor corporal y vuestro aliento era el habitual de cualquier hombre". 
 ...
¡Que astuta!

¡FELIZ LUNES Y FELIZ SEMANA!


"El tacto es el arte de hacer un punto sin hacer un enemigo".
Isaac Newton

"En el mundo suele llamarse habilidad a la falta de vergüenza".
 Cándido Nocedal

12 comentarios:

  1. Así es, si así os parece.
    Enhorabuena por tu formidable escrito Casi.

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  2. De mayor, quiero ser tan inteligente como Filistes!!!
    Formidable, como cada semana

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  3. Creo que fue una muy buena intervencion la de la dama foranea ya que creo que lo mejor es ir con la verdad por delante asi se evitan muchos problemas y malentendidos con la gente. Aunque hemos de reconocer que hay situaciones en las que has de actuar con mucho tacto para no herir sentimientos.Feliz semana Casilda!

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  4. Genial como cada semana .Hasta el proximo lunes!

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  5. Me encantan las dos frases de despedida, grandes verdades, feliz semana a ti tb!! http://universovarietes.blogspot.com.es/2013/05/sor-lucia-y-el-pecado-de-la-tablada_28.html

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  6. La verdad es q es muy complicado plantear ciertos temas delicados xq no sabes nunca como van a ser recibidos.... Y no quieres herir sensibilidades varias... A no ser q estes hasta los mondongos, entonces se espeta... Y punto!!! Genial la anecdota... Como cada semana... Ciao casilder@s y tened cuidado ahi afuera... Sobre todo con los olores...

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  7. ¡Qué astuta la mentirosilla esposa!

    Puedo contar una anécdota odorífera-pestilente que me ocurrió hace muchos años y que recuerdo como si hubiera sido ayer.
    Fue en San Sebastián, allá por los albores de la humanidad, es decir, cuando yo era una niñita pequeñiiiita e incomprendida... buaaaaa. Domingo, 7 de la tarde. La tata me llevó con ella a misa. La iglesia estaba abarrotada de fieles. No cabía ni un alfiler ni de pie ni sentado. Por alguna razón que nunca supe, la tata debió considerar que una tierna infanta como yo debía estar sentada en un banco. Así que se abrió paso entre el gentío arrastrándome de la mano y se colocó de pie en el extremo de un banco y me dijo que me sentara allí. La mujer obesa que estaba allí sentada se corrió hacia su izquierda empujando a otra señora, y ésta su vez a otra persona. Así quedó un hueco para mí en el extremo y me senté obediente. En qué momento obedecí, pobre de mí. Apretujada contra la gorda (a mí se me antojó gorda, fea y vieja), mi nariz comenzó a percibir un nauseabundo olor que provenía de ella. Y tuve que aguantarme así toda la misa. Y por mucho que le dije a la tata (que estaba de pie a mi lado y se agachaba para oír lo que le cuchicheaba al oído) que me quería ir de allí porque la mujer esa olía muy mal, me respondí que me callara y no dijera tonterías. El hediondo olor, el pestífero olor, me recordó, me dio por decir que era a pera. Desde entonces no puedo comer peras sin que me dé un poquito de repelús. Y siempre asociaré las peras con aquella mujer.
    Besitos y gracias por volvérmelo a mandar, Casi.

    Fdo: LDE.
    (EDE no estaba, sino le hubiera mordido un tobillo por guarrota)

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  8. Que buena historia y que grandes mujeres las de la historia una por sincera y la otra por astuta .Os felicito Hasta la la proxima semana.

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  9. FANTASTICO
    QUE ESPOSA MAS INTELIGENTE
    OS SUPERAIS CADA SEMANA
    PETONS

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  10. Genial, es fantastico, seguir asi.
    PB

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  11. Espero que mi heroe aparezca cuando lo necesite me habeis dado animos al enterarme que todos tenemos uno debajo de nuestra piel.Besos

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  12. Esta anécdota ma ha hecho recordar el cuento infantil de "El Traje nuevo del Emperador", en el que al final es un niño el que destapa el engaño que nadie se había atrevido a hacer ver al emperador.. Así que Casi, cuando haga falta una opinión sincera habrá que preguntar a un niño! Aunque en estos casos la sinceridad sea más fruto de la candidez infantil que de la valentía :)
    Un beso y buen domingo prmaveral -parece que ya sí!
    E

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