lunes, 17 de noviembre de 2014

OPERACIÓN ca - QUITA

"Líbreme Dios de las aguas mansas, que de las bravas me libro yo"... Buena advertencia a tener en cuenta. Que en ocasiones estamos muy pendientes de esos enemigos declarados, cuyas maldades ya conocemos y esperamos y por ello nos es fácil esquivar y, en cambio, nos olvidamos de la gran amenaza que suponen esos aparentemente tiernos que nos miran con ojos de corderito pero escondidito tienen un tridente con las puntas más afiladas que las del propio lucifer.

Quien les iba a decir a unos aguerridos marineros de las Segunda Guerra Mundial que el peligro mayor no les vendría del enemigo Aliado sino de sus propias instalaciones dedicadas a esos minutos de solaz e íntimo desahogo...

14 de junio de 1945, costa escocesa. Con la Segunda Guerra Mundial ya muy avanzada, el submarino nazi U-1206 navegaba de incógnito, recién estrenado, a una profundidad de 60 metros (200 pies) dada su cercanía a la costa británica, con la aviesa intención de localizar y mandar al garete barcos Aliados.
Se trataba del primer modelo de submarino alemán que contaba con un sistema de sanitarios de alta presión que permitía por primera vez a los germanos poder usar el inodoro a grandes profundidades, incluyendo en la operación lo que podríamos dar en llamar "tirar de la cadena". Hasta entonces, los obsoletos sistemas de los retretes de los submarinos teutones, a diferencia de los británicos y norteamericanos más modernos ellos, vertían directamente los nocivos contenidos a las límpidas aguas oceánicas por lo que, a partir de ciertos metros de inmersión, dicho vaciado era imposible a causa de las altas presiones, ocasiones en las cuales los que sufrían una urgencia habían de evacuar en cubitos, cubos, latas de conserva...
Lo intrincado y complicado del diseño obligaba a facilitar a los usuarios de la instalación un manual de instrucciones al efecto y a incluir entre la tripulación del submarino a un técnico especialista que era el único capaz de realizar el "flush" tras el alivio de cada marinero u oficial.

Las instalaciones del batiscafo estaban diseñadas con un cierto desequilibrio para la cobertura de las diversas necesidades humanas y sólo contaba con dos compartimentos con inodoro para dar servicio alrededor de una cincuentena de tripulantes.

El día de autos, el capitán Karl Adolf Schlitt (nunca se ha sabido si a causa de saber al enemigo tan cerca) sintió una compulsión que le hizo acudir corriendo al excusado. Finalizada su "evacuante misión", osó tratar de realizar el vaciado por si mismo de lo recién producido, siguiendo él solo las instrucciones del manual sin contar con la recomendada ayuda del especialista. Pero aquello parecía no funcionar y, cuando el técnico apareció para intervenir en tan necesario vaciado, abrió la válvula de escape marino antes de cerrar la de bloqueo interno, lo que produjo la inmediata anegación uno tras otro de los compartimentos. El agua marina, en contacto con las baterías, provocó la emanación de gases altamente tóxicos, incluso más que los del propio excusado.

El capitán hubo de ordenar la inmediata subida a superficie. Sin mucha dilación, los británicos apresaron a la tripulación de aquel submarino que pasó a la historia por ser la única nave de guerra en haber naufragado y ser abatida por no saber tirar adecuadamente de la cadena su oficial al mando.

¡FELIZ LUNES Y FELIZ SEMANA!

El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar
Sun Tzu. Escritor Chino

lunes, 3 de noviembre de 2014

LOVE IS A GAME (II)

VENDETTA

Pequeña queda, comparada con ésta, la mismísima de Don Mendo. La venganza más mortífera y cruel no es la de Kill Bill ni la del Conde de Montecristo ni la del Cabo del Miedo (..."abogaadoo..."). No hay venganza más cruenta que la de una ex-novia, o ex-novio, engañados y despechados:

  • Con tendencias quirúrgicas, como Lorena Bobbit (¿recuerdan? aquella que, cuchillo en mano, aligeró de atributos a su ex-novio?). 
  • Con tendencias artísticas, como el tatuador Ryan Fitzgerald, que convenció sibilinamente a su novia para tatuar en su espalda un personaje de la saga Narnia, para terminar con un gigante excremento rodeado de moscas indeleble impreso en su piel (ella no sabía que él estaba al tanto del desliz cometido por ella, con un común amigo)
  • Con tendencias nigrománticas, como esta condesa....

España, 23 de Enero 1878. El romántico noviazgo del joven rey Alfonso XII (21 años) y su prima hermana, la sevillana María de las Mercedes de Orleans (17 años), -a pesar de la oposición de la madre del rey que no quería ver a la hija de su hermana convertida en su nuera y reina de España-, culminaba ese día en la basílica de Atocha de Madrid en una pomposa boda.

Semanas antes, habían recibido como regalo de bodas uno que se revelaría como el más emponzoñado de los presentes. Por poner en antecedentes, contaré que tres años antes, Alfonso, a sus tiernos 17 años, parece que había entablado una relación con una cortesana europea, apodada por su gran belleza "La perla de Italia", de nombre real Virginia Oldoini, condesa de Castiglione, ex-amante que había sido del emperador Napoleón III de Francia y que, al momento de su relación con el Rey, rondaba ya la cuarentena. Parece ser que la Oldoini se había sentido profundamente despechada al haber sido abandonada por el post-adolescente rey Alfonso, enamorado de su prima hermana. Por ello, según cuentan, envió como regalo de bodas al rey y a su prima un espectacular anillo montado en oro y en él engarzado un hipnotizante ópalo al que, previamente, la Castiglione había ligado una maldición.

La reina Mercedes se encandiló con el anillo y lo lució en todas cuantas ocasiones pudo. Cinco meses después, recién llegada a la edad de 18 años, la joven reina de España falleció, según las fuentes más numerosas víctima de tifus.

Perecida la reina, el inconsolable Alfonso XII regaló el anillo a su abuela (la reina Madre María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, viuda de Fernando VII) ) la cual, dos meses después, falleció también.

El anillo pasó entonces al joyero de la princesa María Cristina Francisca de Orleans, hermana de la fallecida María de las Mercedes, que parecía iba a sustituir a su difunta hermana como nueva esposa del rey. Pero meses después falleció también de tuberculosis.

Trasladose después el anillo a manos de la hermana menor de Alfonso XII, la infanta María del Pilar. Pero poco tiempo habría de lucirlo pues, pocos meses mas tarde, en pleno veraneo guipuzcoano, moría también.

Después de tanta muerte prematura acumulada, Alfonso XII recuperó la joya para sí. Y comenzó a lucirla también por poco tiempo pues, pocos años después, fallecería también él, en Noviembre de 1885, víctima de la tuberculosis.

En esos últimos años había contraído matrimonio con María Cristina de Austria que, en el momento de fallecer el rey, estaba encinta del que sería futuro rey Alfonso XIII.

María Cristina no dudó en deshacerse del mortífero anillo y, tras hacerlo bendecir, fue readaptado en colgante y entregado en ofrenda a Nuestra Señora de la Almudena.

Hoy en día la joya, si es que de verdad alguna vez existió, anda en paradero desconocido.

¡FELIZ LUNES Y FELIZ SEMANA!

"En la venganza, como en el amor, la mujer es más bárbara que el hombre".
Friedrich Nietzsch
"Dulce es la venganza, sobretodo para las mujeres".
Lord Byron
"Antes de empezar un viaje de venganza cava dos tumbas".
Confucio