LO QUE EL VIENTO (NO) SE LLEVÓ...
Dice la sabiduría popular que una mancha de mora con otra verde se quita. La realidad es bien distinta. Hay máculas, tiznes y baldones que no se levantan ni con el más efectivo de los quitamanchas y comparten contigo tu camino por los restos.
¿Quien no lleva cargada a sus espaldas una anécdota humillante o, cuando menos, hilarante?; ¿o tiene que convivir con una fama inmerecida, nacida de la (casi) nada?; ¿o arrastra aquella desafortunada frase dicha, en su momento, sin pensar?; ¿o tiene que sobrellevar un apodo absurdo o un diminutivo ridículo?
¡Alegría! Que cada cual pasee con optimismo y orgullo el sambenito que le ha tocado en suerte, justo o inmerecido, barbilla bien alta y...¡pelillos a la mar!
Londres, segunda mitad del siglo XVI. La reina Elisabeth I recibía habitualmente en palacio a los miembros más ilustres de la Corte británica. En cierta ocasión, uno de estos caballeros, Sir Edward De Vere, décimo séptimo conde de Oxford, cortesano, autor teatral, poeta, deportista y mecenas, compareció ante la reina junto con otros miembros de la Corte. Llegado su turno de presentarse ante la soberana, y cuando se disponía a efectuar la protocolaria reverencia, tuvo la mala fortuna de sufrir un repentino y agudo ataque de flatulencia, lo cual provocó un indisimulable estruendo en forma de sonoro y soberano gas de origen intestinal, de aquellos que se abren paso hasta el exterior con fuerte y larga pedorreta y no muy deleitoso ni grato aroma.
No habiendo podido enmascarar de forma ninguna el origen de tan ruidosa y vergonzante ventosidad, lord Oxford decidió poner tiempo y tierra de por medio y se ausentó de la Corte londinense por tiempo indefinido, efectuando un periplo por el continente europeo de duración semejante al tiempo que tardaría un individuo de excelente memoria en olvidar un evento inolvidable.
Transcurrido mucho mucho tiempo, y considerando el noble que el evento ya no debía ser recordado por nadie, lord Oxford retornó a Londres y se personó en la Corte para efectuar el debido saludo y cumplimentar a la reina Elisabeth I.
La soberana recibió al conde con cortesía y amabilidad y, con una elegante y real guasa, le dirigió las siguientes palabras: "Milord, esté tranquilo, ya he olvidado su pedo..."
"Se llama memoria a la facultad de acordarse de aquello que quisiéramos olvidar"
Daniel Gélin (Actor y realizador francés)
"La vergüenza puede limitar lo que la ley no prohibe"
¡FELIZ LUNES Y FELIZ SEMANA!
"Se llama memoria a la facultad de acordarse de aquello que quisiéramos olvidar"
Daniel Gélin (Actor y realizador francés)
"La vergüenza puede limitar lo que la ley no prohibe"
Lucio Anneo Séneca
JAJAJAJA! GENIAL COMO SIEMPRE.
ResponderEliminarALBERT
La vergüenza limita lo que la ley no prohibe. Séneca siempre nos da buenas reflexiones.
ResponderEliminarCasi, tu también. Y cuanta razón encierras en esta nueva entrada. Una vez maté un perro y me llamaron mataperros? Suele ser así...y entre risas y bromas, yo paseo los sambenitos que me toquen, orgullosa de ellos, buenos o malos, ¡son mios!
Feliz semana Casildos.
Z.
Me gustan los dibujos!
ResponderEliminarOscar
Jajajajajaja En estos casos lo mejor es hablarlo abiertamente y darle la menor importancia posible. Genial la anécdota, como siempre. Un beso y feliz semana!
ResponderEliminarGenial tu post!!besos
ResponderEliminar¡Ay pobre, qué corte.! Y la Reina una guasona, qué bueno :)))
ResponderEliminarjajajjajajja bueno...muy bueno!
ResponderEliminary muy realista a la vez...
a cada persona le cuelga su san benito!!!!!
me pongo al dia ya casi
A*
Cuanta razon tienes Casilda !todo el mundo hemos pasado algun momento de apuro en alguna situacion de la vida Pero quien este libre de ello que tire la primera piedra.Me encanta la frase de Daniel Gelin la desconocia.He de reconocer que eres una persona sabia ya que cada lunes aprendo algo de ti .Muy buenos los dibujos .
ResponderEliminarmenudo compromiso, pobre hombre ja ja. si me pasa a mí no vuelvo nunca jamás. dichosa memoria a veces sobra.
ResponderEliminarlos recuerdos son cuernos de caza cuyo sonido muere en el viento.
¡viento je je!
LDDE
Qué curioso es saber que las cómicas anécdotas escatológicas han sido siempre bien recordadas por tan regios personajes. Es una maravilla poder conocerlo a través de tal exquisita redacción acompañada de los dibujos siempre tan divertidos.
ResponderEliminarMuchas gracias por darme cada lunes una nueva anécdota que contar a los amigos.
Un beso
Cierto! Hay situaciones de la vida q más vale olvidar.
ResponderEliminarMaravilloso post y preciosas ilustraciones.
jaja carmen que bueno lo que has dicho de reconocer a regios personajes por ciertos episodios
ResponderEliminarJajajja.... Hacía tiempo que no me reía tanto... Muy buena la anécdota. Me la voy a releer un par de veces más, que me ha gustado...
ResponderEliminarUn saludo.
beautiful!!
ResponderEliminarUna Amiga la reina!! ajjajaja
ResponderEliminarMuy bueno!! Gracias por compartirlo. Un beso. http://universovarietes.blogspot.com.es/2013/02/mi-semana-de-maribel-verdu-corinna.html
ResponderEliminargenial
ResponderEliminarpero lo mejor de todo es que tenemos que ser espontaneos y naturales con todo,je,je,,
sin VERGONZARNOS
PETONS
Muy buena la frase de Gélin... y yo añadiría que tratar de olvidar algo es recordarlo todo el tiempo!
ResponderEliminarMe encanta la "Regia Casilda" y los pajarillos que acompañan siempre las anécdotas!
Buen viernes y feliz fin de semana!
E.
Muy bueno el post, aunque el pobre hombre lo pasara tan mal que tuvo que irse tanto tiempo.Realmente es muy humano y le puede pasar a cualquiera que se ponga enfermo o coma algo que le produzca muchos gases. No me puedo imaginar que me pasase a mi.1 beso. Julieta a.boutik
ResponderEliminarMe encanta la frase del final!!! es como el chiste: "Tranquila señorita, como el primero no le saldrá ninguno"
ResponderEliminarLarga vida y prosperidad.