lunes, 11 de mayo de 2015



ATAULFO ¿DONDE ESTÁS?...


Está claro que, el hombre propone y... no menos claro que, al final, no es él quien dispone. Segura estoy de que cuando usted era pequeño, - o, más bien, cuando usted era niño, que pequeño quizás sigue usted siéndolo-, imaginaba vivamente cómo, de adulto, llegaría usted a ser bombera, azafato, portera de fútbol de un equipo de primera división, astronauta, profesor, modeli, maquinista de tren, filósofo o plácida vendedora de ajos y limones a la puerta del Mercado de la Paz.

Algunas decenas de primaveras después, el cuento ha cambiado hacia una deriva en algunos casos prosaicamente menos bohemia. Chupatintas de banca/seguros, teleoperador, auditor de cuentas, cobrador de peajes de autopistas, fiscal en un juzgado, eterno becario...

Usted, el que de niño odiaba dea run paso fuera de casa, ha acabado viviendo quizá en el Congo (Belga); y usted, que adoraba los viajes, con suerte consigue llegar, algún fin de semana, al centro comercial más cercano.

Mírese. ¿Quién le iba a decir a usted?. Como al rey visigodo Ataulfo, que apalabrado tenia un ático con terraza en "Ópera" y ha acabado viviendo en un bajo con jardín...

Madrid, segunda mitad siglo XVIII. El primero de los reyes Borbón en España, Felipe V,  había fallecido en 1746 y le había sucedido su hijo, que reinó con el nombre de Fernando VI. A la muerte de éste sin descendencia en 1759, le sucedió su hermano por vínculo paterno, que reinaría con el nombre de Carlos III.
El padre de ambos había dejado en marcha el proyecto y las obras de construcción de un nuevo palacio real, que se elevaría en la misma ubicación donde se había alzado en siglos anteriores el Alcázar, residencia de los anteriores reyes de la Casa de Austria, que, como si no quisiera dar cobijo a sus nuevos inquilinos, había ardido en la práctica totalidad. El nuevo palacio se construía conforme a los nuevos gustos de la época y todo en piedra y en materiales recios y regios.

Con la intención de homenajear y hacer un repaso histórico a los reyes de los reinos españoles desde el siglo V en adelante, comenzando por el rey godo Ataulfo, fueron encargadas más de un centenar de estatuas en piedra blanca de Colmenar, de colosal tamaño, representativas de cada uno de ellos, que serían colocadas en lo más alto, a lo largo de las cornisas del palacio. 

Por aquel entonces, la viuda de Felipe V, Isabel de Farnesio - madre del ya rey Carlos III-, aguardaba la finalización de las obras para habitarlo junto a su hijo el rey tras haber vivido desterrada en La Granja (Segovia) y en Riofrío durante el reinado de su hijastro, Fernando. Pero la parmesana, que así apodaban a la de Farnesio por haber nacido en Parma y, al parecer, también por la curiosa vianda que solía desayunarse (unas tostaditas bien untadas de mantequilla y espolvoreadas con lascas de queso parmesano), comenzó a sufrir una serie de pesadillas que la obsesionaban. En ellas la ciudad de Madrid era sacudida por violentos terremotos a consecuencia de los cuales las estatuas se precipitaban hacia abajo, yendo a caer, indefectiblemente, encima de su persona, que moría una y otra vez en sus sueños, aplastada por los colosos.

Y he aquí que la reina madre, mujer de carácter y con probada capacidad para las intrigas palaciegas demostrada durante el reinado de su fallecido marido, convenció a su hijo Carlos III de que dichas estatuas fueran ubicadas en lugares mucho menos peligrosos. Así, las pobres estatuas pasaron a ejercer un papel de mucho menos altura: a los sotanos de palacio.

Un siglo tuvo que pasar para que la tataranieta de Isabel de Farnesio, otra Isabel, -la reina Isabel II de España-, hiciera sacar de nuevo a la luz las estatuas que hoy en día lucen repartidas entre los Jardines de la Plaza de Oriente, los de Sabatini y los del Retiro y el Museo del Ejercito en Madrid; el paseo de Sarasate, de Pamplona; y otros muy ilustres puntos de la geografía española como Ronda, Vitoria, Toledo, Burgos, Logroño, San Fernando de Henares, Aranjuez, El Ferrol, ....

Pd. Como todas las historias "floridas", esta también tiene una versión B, mucho más prosaica. Hay quien cuenta que los motivos para no ubicar las estatuas de marras en las cornisas de palacio fueron puramente técnicos y estilísticos, al entender Sabatini (arquitecto que, sucediendo a muchos otros, finalizó el proyecto) que las esculturas eran excesivamente pesadas para su ubicación en las cornisas y poco acordes con los nuevos gustos estéticos y arquitectónicos que comenzaban a estar en boga. 

¡FELIZ LUNES Y FELIZ SEMANA!

"Las cosas no son como empiezan,sino como se terminan".
Refrán

"Si piensas que eres demasiado pequeño como para hacer una diferencia es que no has dormido nunca con un mosquito en la habitación"
Proverbio Africano

"Tu tiempo es limitado. No lo desperdicies viviendo el sueño de otra persona"
Steve Jobs

4 comentarios:

  1. creemos que las estatuas están mejor en el suelo segurk que en cornisas. Si se caen trozos de fachadas o balcones y con cierta frecuencia vemos a los bomberos subidos a altas escaleras, qué será con pesadas estatuas? Creemos, ademås, que de noche deben ofrecer un aspecto fantasmagórico esas siluetas hieráticas, tal si fueran fantasmas vigilantes, en las cornisas.
    Yo prefiero ático con una amplia terraza y el otro prefiere un bajo un jardín con muchos árboles ya se sabe para qué.
    Fdo: LDDE

    ResponderEliminar
  2. me encantan los post históricos y si además, como éste, versan de mi reina favorita, la Farnesio, me redobláis la alegría. Precioso post
    Un beso "casi" parmesiano

    ResponderEliminar
  3. Me imagino los dimes y diretes en palacio... "donde hay patrona no manda marinero!"

    Si mi señora madre me dijera que cambiara las estatuas de sitio, quizás la primera vez no le haría caso, pero después de trescientas cuarenta y siete veces... una madre puede más que un rey y yo no tengo ganas de discutir :)

    Todos los días aprendiendo algo nuevo, bendita ignorancia.
    Feliz semana!

    ResponderEliminar
  4. "Las cosas no son como empiezan sino como se terminan".. y bien está lo que bien acaba!
    Muy apropiada la "Casildestatua" :)
    Besos,
    E.

    ResponderEliminar