lunes, 2 de febrero de 2015

HAY UNA CARTA PARA USTED


Hay lugares que, definitivamente, han perdido su esplendor y encanto en los últimos años. Y no me refiero a Marbella, sino a algo mucho más cercano a su domicilio: el buzón de su casa.
¿Recuerdan aquellos años en que comprobar su buzón para recoger los frutos que "el destino" le había hecho llegar estaba CASI siempre revestida de expectación e ilusión contenida ante la posibilidad de recibir alguna maravillosa sorpresa?. Algo así como cuando uno compra un boleto de la primitiva y, después del sorteo, comprueba los resultados siempre con el anhelo de descubrir que la combinación premiada coincida con los números de su apuesta. CASI CASI nunca lo hacen, pero la ilusión se mantiene impertérrita. 

Hoy en día, abrir el buzón es una desagradable tarea que te llena de publicidad, misivas aburridas de las entidades bancarias o facturas varias.

 Decepcionante. 
Definitivamente los buzones ya no son lo que eran. Bueno, salvo para aquellos que deciden alegrarse la vida remitiéndose por correo sorpresas a si mismos...
1898, Forest Hill (Kent. Reino Unido). Un joven de 19 años, de nombre W.Reginald Bray, adquiría un singular libro: un manual que describía detalladamente la normativa reguladora del funcionamiento del sistema de correos vigente, por aquel entonces, en el Reino Unido. El sistema resultaba francamente intrincado; sin embargo, las tarifas establecidas eran bastante módicas y asequibles. Decidido Bray a comprobar si las oficinas postales eran capaces de dar cumplimiento a las curiosas normas establecidas, -la que más le llamaba la atención era aquella que establecía que no era necesario empaquetar ni ensobrar los objetos a enviar-, comenzó su espectacular experimento: durante varios años se dedicó, sin reparo ninguno, a expedir los más peregrinos envíos a través de la Oficina de Correos, teniendo como destinatarios a si mismo, a sus padres y a sus fascinados amigos.
Para no ser excesivamente prolijos, solo mencionaré algunas de las curiosidades remitidas, (siempre sin embalar pero con su correspondiente sello y con la identificación del destinatario en algún punto visible del objeto del envío): una colilla de cigarro; una cebolla; una mata de algas bastante secas; el cráneo de un conejo con la dirección del destinatario escrita a lo largo del hueso nasal; una tubería; un nabo con la dirección del destinatario cuidadosamente tallada en su superficie... Entusiasmado con cada éxito de sus surrealistas pruebas experimentales, Bray experimentaba explosiones de júbilo a la recepción de cada envío.
Dado que las normas establecían la posibilidad de remitir criaturas vivas siempre que tuvieran un tamaño comprendido entre el de una abeja y el de un elefante, Bray puso a prueba la veracidad de dicho criterio remitiendo a Bob, su perro, a su propia casa, que fue recibido en el domicilio en el brevísimo plazo de seis minutos. Queriendo probar al límite la eficacia del Servicio Postal y el cumplimiento de sus normas, concluyó que debería tratar de enviarse a si mismo. Y así lo hizo. Y corría el mes de noviembre de 1903 cuando un funcionario ciclista del Servicio de Correos hizo entrega al padre de Bray de su excéntrico hijo Reginald identificado con la dirección de destino y franqueado con sus correspondientes sellos. Eso sí, a Bray le tocó dar pedales a la bicicleta (existe un formulario oficial fechado en 14 de noviembre de 1903 y rubricado por el responsable de la oficina postal de Forest Hill que atestigua la entrega ciclista de una persona en la dirección postal de la familia Bray así como constancia fotográfica de Mr.Edmund Bray aceptando y firmando la entrega mediante correo certificado en su domicilio por el cartero-ciclista ).

Con la guasa propia de Bray, éste manifestaría en un artículo periodístico la mayor utilidad que había encontrado al Servicio de Correos británico, con el siguiente tenor literal: "...en una noche de mucha niebla no puedes encontrar la casa de un amigo, así que, en lugar de vagar durante horas, te remites por correo y te entregan en unos minutos..."

¡FELIZ LUNES Y FELIZ SEMANA!

"Nadie es más solitario que aquél que nunca ha recibido una carta."
Elías Canetti

"Las cartas son como paquetes que contienen sorpresas."
Doménico Cieri Estrada

"Las mejores cartas de amor de una mujer son las que escribe al hombre que engaña".
Lawrence Durrell

5 comentarios:

  1. Buenísimo el post y... tristísima la realidad de que el buzón no sea lo que era....
    El correo electrónico me parece de lo más impersonal frente a la magia de recibir una carta manuscrita

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  2. Jajaja, muy buena historia. Que tipo más original. Conforme leía pensaba en mandar a alguien por correo, jejeje.

    Es cierto que mirar el buzón se ha convertido en algo rutinario y nada emocionante. Con decirte que cuando pido algo por Amazon es cuando único tiene uno emoción en llegar a casa para mirarlo... jejeje

    Un saludo y gracias por pasar

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  3. Amazon es el nuevo amante de nuestro tranquilo buzón, que vive por y para las octavillas publicitarias y los ciento setenta y dos restaurantes chinos que tenemos en nuestros barrios con el mismo menú.

    Atrás quedaron aquellas cartas de amor, descifrar cierta escritura, aquellos sellos de Curro y Cobi, ahora los buzones amarillos son casi tan extraños como las cabinas telefónicas, casi extinguidas de las grandes ciudades, pero estas quizás vengan en otra entrega ¿verdad?.

    Buen post para empezar un buen lunes y buen febrero!

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  4. Muy buen post .Hoy me han venido muchos recuerdos al leer vuestro post .Es verdad siempre mirabamos el buzon esperanzados de recibir correspondència de algun amigo , novio,----------etc,Ahora lo miramos aterrorizados de que no nos llegue una factura inesperada o con la poca ilusion de recoger propaganda publicitària- Feliz semana, Besos Casildas

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  5. Jajajajajaja, buenísimo lo de enviarse uno mismo... la cara del padre tuvo que ser total al recibir el "paquete".. Y el cartero? a nadie se le ocurriría hacerle una foto también? :):):)
    Me parece una idea genial lo de remitirse a casa de unos amigos.. (yo me ahorraría pelearme con el GPS!)..
    Bss!
    E.
    PS: Muy bueno también el dibujillo del susodicho saliendo de la carta.. (de hecho sólo le faltó haberse remitido dentro de una caja con lazo! jajaja)

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