HUMOR AMARILLO 

Sin embargo, no ha de ser necesariamente así. Como CASI todo, conseguir una deleitosa venganza es cuestión de buen gusto, medida y savoir faire, aderezado con un poquito de humor dulce y una pizca de ingenuidad. Todo consiste en ser lo suficientemente sutil como para pergeñar un desquite inofensivo, pero que a nosotros nos sepa a néctar y ambrosía.
En definitiva, que no hace falta desear que a su adversario le parta un rayo, le pille un tren, le coman los ojos las arañas, le seccionen los atributos o que le salga un forúnculo en las posaderas de tal envergadura que le sirva de taburete.
Basta con escribirle una buena dedicatoria al enemigo recordándole sus días de éxito. Eso si, en lugar discreto, como el Dr. Mallory...
Sugamo Prison (Tokio, Japón), 1946. Recién acabada la II Guerra Mundial el general japonés Hideki Tojo había intentado suicidarse para evitar caer en manos del enemigo vencedor, sin conseguirlo. Apresado por los americanos, ingresó en la prisión de Sugamo a la espera de juicio por crímenes de guerra. Tojo había sido Primer Ministro de Japón, ocupó asimismo varios ministerios y, a la sazón, fué la autoridad que ordenó el bombardeo de Pearl Harbour en diciembre de 1941 por lo que, para el bando americano, personificaba la máquina militar imperialista japonesa y toda la destrucción que ésta había ocasionado.

Según el procedimiento militar para prótesis dentales, había de grabar en ella el nombre, rango y número de serie del individuo. Pero los colegas de Mallory le presionaron para realizar una pequeña gran travesura: grabar, en lugar de lo preceptivo, la frase "Remember Pearl Harbour" (Recuerda Pearl Harbour) en los dientes. Dada su juventud Mallory accedió, si bien lo hizo con una variante menos obvia: escribió el mensaje en código Morse. Sólo su compañero de habitación, supo realmente lo que Mallory había hecho y, un año después, dos de sus ayudantes, uno de los cuales contó la historia a sus padres en Texas que lo filtraron a un programa de radio local.
Y ahí comenzó la bola de nieve, que poco a poco, se fue haciendo más voluminosa. En poco tiempo la historia llegó al Mayor William Hill, superior de Mallory, quien dijo a Mallory: "La historia es endemoniadamente graciosa pero, si es cierta, se nos puede caer el pelo por ella".
Y, he aquí, una noche de San Valentín en plena nevada, Mallory y su compañero de habitación se colaron en la prisión con la ayuda de un amigo que estaba de guardia, sacaron la dentadura a Tojo de su japonesa boca, pulieron la frase escrita en código Morse sin dejar rastro y la devolvieron a su usuario como si nada hubiera ocurrido.
Y, he aquí, una noche de San Valentín en plena nevada, Mallory y su compañero de habitación se colaron en la prisión con la ayuda de un amigo que estaba de guardia, sacaron la dentadura a Tojo de su japonesa boca, pulieron la frase escrita en código Morse sin dejar rastro y la devolvieron a su usuario como si nada hubiera ocurrido.
Posteriormente Mallory negó a sus superiores que la historia del "Remember Pearl Harbour" fuera real. Así, en este punto, la jaimitada murió y en 1947 Mallory regresó "indemne" a su hogar en USA, donde trabajó como dentista durante muchos años.
La cuestión fue retomada en 1995, cuando su hijo menor, Paul, le convenció de escribir unas memorias de sus días en Tokio, memorias que fueron enviadas por el hijo a un periódico local que lo publicó por coincidir con el 50 aniversario del fin de la guerra. Para su sorpresa la historia de la dentadura corrió como la pólvora y durante semanas tuvo la prensa tras sus pasos, solicitando entrevistas.
¡FELIZ LUNES Y FELIZ SEMANA!
"La venganza es el manjar más sabroso condimentado en el infierno".
Walter Scott
Walter Scott
"No hay venganza más bella que aquella que infringen los otros a tu enemigo.
Tiene hasta la virtud de dejarte la parte del generoso"
Tiene hasta la virtud de dejarte la parte del generoso"
Cesare Pavese
"Si alguno os quiere robar la esposa, la mejor forma de vengaros de él es dejar que se la lleve".
Sacha Guitry
Sacha Guitry