CON LA LENGUA FUERA
Puede usted descubrir la vacuna contra el cáncer, construir el puente más largo del mundo sin puntos de apoyo desafiando a la gravedad, inventar un artefacto para teletransportarse o realizar la hazaña más heróica que humano pueda discurrir y, sin embargo, como algún día trascienda un desliz que cometa o sea jugoso pasto de cotilleo algun asuntillo de su vida privada, acabará usted pasando a la historia y formará parte del imaginario popular por esto último.
¿Qué es usted una reina de Egipto que provocó que temblaran los cimientos del Imperio Romano? Pues pasará usted a la historia como aquella que se bañaba en leche de burra y tuvo affaire con dos famosos.
¿Qué ha sido usted una insigne figura de la historia del siglo XIX, Regente de España, Principe de Vergara, victorioso en mil batallas, defensor de altos valores, respetuoso de la ley como garantía de libertades y freno de abusos y se llamaba usted Baldomero Espartero? Pues su recuerdo y méritos serán borrados de la memoria histórica y sólo se le nombrará asociado a los desarrollados órganos bilaterales de su caballo.
¿Qué se llama usted Gorbachov y es usted Premio Nobel de la Paz por ser el principal artífíce de la Perestroika?
Pues el mundo le recordará con la imagen de un calvo con una gran mancha con forma de mapa color café en la cabeza.
¿Qué es usted uno de los físicos más importantes del siglo .XX?
Pues se acordarán más de su lengua que de usted...
Trascurrido un tiempo vieron, por fin, salir del edificio al científico y comenzaron ávidos a disparar sus máquinas. A Einstein pronto le saturó la situación, sacando su mal humor a relucir, demostrando su hartazgo imprecando a los fotógrafos a la voz de : "¡Basta ya; ya es suficiente!".
Salía con los Adeloytte, matrimonio que amablemente se había ofrecido a llevar al físico a su casa en Mercer Street, y juntos se introdujeron en el asiento trasero de su vehículo, mientras crecía la cólera e indignación de Einstein. Y fue así cuando, decidido a estropear la instantánea del último fotógrafo que insistía en obtener una postrera buena toma, le obsequió, sin desearlo, con una obra icónica que marcaría la imagen que a todos nos viene a la mente con solo mencionar el nombre del científico. Y ello porque la actitud que adoptó para malograr la foto fue la de abrir sus fauces todo cuanto pudo y extender hacia la cámara una gigantesca y descarada lengua. En ese preciso instante el fotógrafo disparó.


El campo total de la foto incluía al matrimonio Adeloytte pero Sasse la recortó, dejando en un primer y único plano la descocada faz de Einstein.


El campo total de la foto incluía al matrimonio Adeloytte pero Sasse la recortó, dejando en un primer y único plano la descocada faz de Einstein.
Los editores tuvieron en un principio reparos en publicarla pero, finalmente, se decidieron a hacerlo y el éxito de la misma fue rotundo.
El propio Einstein se rindió ante el encanto de la foto y encargó para sí nueve copias de la misma. Una de ellas llegó a ser subastada en 2009 por la nada desdeñable cifra de 74.000 dolares.
En ésta última constaba una dedicatoria del Nobel al periodista Homard Smith que rezaba con el siguiente tenor literal: “Te gustará este gesto porque está dedicado a toda la humanidad. Un civil puede permitirse cosas que un diplomático no se atrevería a hacer. Tu leal y agradecido oyente, A. Einstein ’53”.
¡FELIZ LUNES Y FELIZ SEMANA!
"Es una cosa bastante repugnante el éxito. Su falsa semejanza con el mérito engaña a los hombres".
Victor Hugo
"Hazme ciento y márrame una: de las noventa y nueve ninguna."
Refrán español
"Es una cosa bastante repugnante el éxito. Su falsa semejanza con el mérito engaña a los hombres".
Victor Hugo
"Hazme ciento y márrame una: de las noventa y nueve ninguna."
Refrán español