TUTTI CONTENTI
Hay quienes lo traen de serie, desde antes de la cuna: el primer satisfecho yo, el segundo yo y después yo. ¿Les viene a la mente alguna cara?
Sin embargo, hay quien tiene el ¿defecto? ¿lacra? ¿problema? ¿costumbre? ¿necesidad? ¿vicio insano? ¿vicio sano? ¿virtud? de intentar, a cada paso que dan, con cada ficha que mueven, agradar, satisfacer y dejar contento a todo bicho viviente. La cuestión es complicada de bigotes ¡que difícil tarea dejar a tutti contenti! En estos casos unos quedan conformes, otros cabreados, algunos ni frío ni calor pero el que con certeza queda con un berrinche de campeonato es usted, pobre alma cándida y conciliadora que sólo intentaba agradar y templar gaitas.
Quizá el secreto sea quedar uno razonablemente contento sin pisar ningún callo ajeno y, si aun así alguien se queja de dolor de pie y le echa a usted la culpa, que analice si no será que él solito se ha comprado unos zapatos de una talla inferior a la suya. Y usted, para variar, tan fresco e indemne.
Y es que CASI nunca llueve a gusto de todos. A veces sí...
Zona Euro. Actualmente. Un estresado urbanita decide relajar el cuerpo y el espíritu, para lo cual elige pasar un puñadito de días en un bonito y soleado pueblo de la campiña. Dicho y hecho. Se traslada a una pintoresca y pequeña localidad rústica donde se ubica un cómodo y tranquilo hotelito rural. Una vez en la recepción verifica con el propietario del alojamiento el precio, que resulta ascender a 50 euros por persona y noche.
"Perfecto, entonces. Dado que me quedaré 10 días, le abono por adelantado. Tenga usted: 500 euros".
Encantado de cobrar, el hotelero se dirige, billete de 500 en mano, hacía la caja cuando aparece por allí el carnicero:
"Amigo, ¡que a punto llego!. ¡Mira! los 500 euros que me debías de la cuenta del hotel en la carnicería".
Sale así el carnicero, guardando en la cartera el billete de 50 decenas de euros, cuando se topa con su vecino, vendedor de piensos para el ganado.
"Vecino, ¡que a punto nos vemos!. Que bien, los 500 euros que me debías".
Se dispone el vendedor de piensos a pasear por la calle mayor para ir a recoger al niño a la escuela, a la vez que guarda en la billetera el celebrado billete de 500 euros, cuando en una esquina se encuentra con la señora meretriz del pueblo :
"Don Piensos, ¡que alegría volver a verle!. Y que bien dispuesto con el billete de 500 euros, que me debe por mis servicios, en ristre, ."
Y así, feliz de haber cobrado por sus atenciones profesionales, -y muy buena y diligente pagadora que era-, la señora meretriz se encaminó hacía el hotel a abonar los 500 euros que debía a nuestro conocido, el hotelero, por las habitaciones alquiladas y pendientes aún de pago.
El hotelero ingresó en caja su billete sin saber que, con ese único billete de 500 euros y en cuestión de sólo media hora, había cobrado todo el pueblo. Sólo 500 euros y ¡Tutti Contenti!
¡FELIZ LUNES Y FELIZ SEMANA!
"No sé cual es la clave del éxito, pero la clave del fracaso es intentar agradar a todo el mundo".
Bill Cosby
"Agradar cuando se recaudan impuestos y ser sabio cuando se ama son virtudes que no han sido concedidas a los hombres".
Edmund Burke
"Quien mucho agrada, desagrada".
Clarice Lispector