CABALLOS O CEBRAS
LA GRANDEZA DE LO SENCILLO
¿Os habéis parado alguna vez a pensar cómo sería la vida si fuéramos capaces de simplificarla?
Incluso aquello que nos parece más complejo, una vez reducido a sus partes, no suele ser más que una amalgama de piezas y cuestiones más sencillas y fáciles de desentrañar.

En ocasiones, los problemas son tan complicados como nosotros queramos plantearlos. Nos enredamos con las hebras de lo accesorio y baladí y no somos capaces de percibir lo esencial aunque se nos presente obvio, evidente y en letras mayúsculas.
Filósofos, médicos, escritores, taxistas ... nos han dado buenas pruebas de la magnificencia y el valor de la simplicidad. A saber:
La célebre "navaja de Ockham" (filósofo inglés de los siglos XIII y XIV) con la que el pensador franciscano afeitó, metafóricamente, las barbas de Platón simplificando su filosofía ontológica y, desde el punto de vista práctico, nos aportó una jugosa reflexión llena de provecho: En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la correcta.
En cuanto a los médicos, en muchos hospitales universitarios los docentes más versados trasladan a los novatos residentes la sabiduría no escrita, que les asistirá en el delicado arte del diagnóstico, condensada en el aforismo "Si oyes ruido de cascos piensa en caballos, no en cebras"
Por lo que respecta a los escritores y taxistas ...
Boston, segunda década del siglo XX. El insigne escritor y médico escocés Sir Arthur Ignatius Conan Doyle, creador del archifamoso personaje de novela detectivesca Sherlock Holmes, había llegado a la capital de Massachusetts para impartir unas conferencias.
Ya en la estación ferroviaria, el escritor tomó un taxi para trasladarse a su hotel. Amablemente, el conductor cargó en el portaequipajes los enseres de Doyle y le condujo, sin más comentarios, al destino solicitado.
Antes de descender del coche, el escritor se dispuso a hacer efectivo el importe debido pero se vió sorprendido por la negativa del taxista a cobrarle la suma, solicitándole en su lugar como contraprestación al servicio prestado una invitación para la conferencia que tendría lugar al día siguiente y que impartiría Doyle.
Sir Arthur, desconcertado por el hecho de que el taxista lo hubiera reconocido, lo interpeló con gran curiosidad para averiguar cómo había podido identificarle.
"No me ha resultado complicado" . dijo el taxista.
"Primero, hace días que ya estaba informado de su próxima visita a nuestra ciudad. Segundo, en las solapas de su abrigo he observado unas motas de polvo que me ha parecido neoyorquino, y me consta que usted viene procedente de esa ciudad. Tercero, lleva usted un corte de pelo al más puro estilo de Filadelfia, uno de los destinos recientes de su gira de conferencias, y..."
Conan Doyle, abrumado por las circunstancias y la perspicacia del conductor, interrumpió a su interlocutor para decirle, fascinado, que le resultaba aún más inteligente, sagaz y observador que su propio detective, Sherlock Holmes.
Sin inmutarse, el taxista recuperó el hilo de su conversación, añadiendo a lo ya dicho: "En fin,, Mr.Doyle, el indicio más revelador ha sido que ...de su equipaje pende una gran etiqueta con su ilustre nombre".
¡FELIZ LUNES Y FELIZ SEMANA!
."Las personas inteligentes son capaces de simplificar lo complejo; los tontos, en cambio, suelen complicar lo sencillo".
Gerald Grumet
"La mayoría de las personas gastan más tiempo y energías en hablar de los problemas que en afrontarlos".
Henry Ford
."Las personas inteligentes son capaces de simplificar lo complejo; los tontos, en cambio, suelen complicar lo sencillo".
Gerald Grumet
"La mayoría de las personas gastan más tiempo y energías en hablar de los problemas que en afrontarlos".
Henry Ford