SI NACISTE PARA MARTILLO ...

No es exclusivo de Doris Day. Todos, a menudo, nos preguntamos - Que será será... de nosotros; especialmente cuando arribamos a una encrucijada en la que, ineludiblemente, hemos de optar por un determinado camino, excluyente de los demás.

Y si no, que se lo pregunten al que estudió medicina para acabar de showman; a la tanatopractora, que maquillaba cadáveres y terminó de estrella de Hollywood; a una republicana que se casó con un príncipe; a aquél cuya frase favorita era Yankees go home y ahora él vive en California; al que detestó la verdura durante sus veinte primeros años y ha terminado siendo vegetariano y al que fue a por lana y acabo esquilado. 

No sabemos si existe o no la fuerza del destino, pero en algunos casos se diría que el hado tira de unos invisibles cordeles para llevarnos, cual títere, hacia un camino separado y distante del que parecíamos tener marcado pero en el que, no se sabe cómo, acabamos transitando.

Tomemos prestado del refranero popular y del cantante, compositor, músico, actor y abogado panameño Rubén Blades esta cuarteta...

Cuando lo manda el destino,

no lo cambia ni el más bravo,

si nacieste pa'martillo

del cielo te caen los clavos....

                                                                                                                   (De la canción Pedro Navaja)

Siglo XIX, Estados Unidos de América. El niño James Abott McNeill Whistler era el afortunado vástago de una próspera familia, bienestar debido al prestigio internacional de su padre en la práctica de la ingeniería aplicada al diseño y construccíón de lineas ferroviarias. 

Con un abuelo miembro de la carrera militar, la madre de James siempre tuvo gran deseo de que su hijo siguiera la tradición familiar en el ejército para lo cual, en cuanto el niño alcanzó la edad requerida, sus padres le inscribieron en la prestigiosa United States Military Academy en West Point. Él, como dócil infante que confiaba en sus progenitores, siguió sus directrices sin cuestionarlas.

No obstante, ya desde tan joven, el primer  clavo hizo su aparición en escena: sus calificaciones fueron tan deficientes que, al final de ese primer año era candidato a la expulsión. Sin embargo, el director de la Academia, a la sazón el muy célebre general Robert E. Lee, consintió en permitirle continuar con su preparación militar, otorgándole una segunda oportunidad.

Y he aquí que apareció el segundo clavo: ese segundo año de estudios militares se malogró debido a una grave enfermedad de la que se vió aquejado y que le obligó a abandonar la Academia militar temporalmente. Pero una vez recuperada su salud, y con ella su vida estudiantil como cadete, mudó su suerte y pasó evaluaciones y exámenes con buenos resultados, dando la apariencia de que su periplo militar llegaría a buen puerto.

Llegados a este punto se materializó, ya definitivo, el tercer clavo: Debía examinarse, en prueba oral, de la asignatura de Química. El profesor de la materia le planteó la que iba a ser la primera pregunta:

-" Hábleme usted del silicio..."

A lo que nuestro militar en ciernes, a pesar de desconocer la respuesta, respondió con osada ignorancia y determinación:

"Señor, el silicio es un gas ..."

Ante tal desatino, el examinador le interrumpió y dió por suspensa la materia, por terminado el examen y, con él, la carrera militar de James Abott McNeill Whistler.

Y ése sería el último clavo pues, a partir de ahí, comenzaría su verdadera, y hasta entonces desconocida, vocación por la pintura, campo en el que llegó a ser un gran maestro. 

Notable figura del elenco de grandes artistas de la pintura británica (era norteamericano pero se estableció en Londres), vinculado con el  impresionismo, el simbolismo y con el esteticismo, el arte de James Abott McNeill Whistler (1834-1903) desempeñó un papel fundamental en el movimiento moderno en Inglaterra.

Años más tarde, Whistler diría, jocoso: "Si el silicio fuera un gas, el mundo, en lugar de un artista de la pintura, hubiera tenido un gran general".

¡FELIZ LUNES Y FELIZ SEMANA!

"La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida..."
Rubén Blades (Pedro Navaja) 

"El destino no reina sin la complicidad secreta del instinto y de la voluntad"
Giovanni Papini 

"El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros los somos los que jugamos."

William Shakespeare

 

 

"TAJ MAHAL" PARA UNA MOSCA 

A grandes males....¡grandes remedios!

Se enuncia y parece fácil pero, ante problemas aparentemente irresolubles o trances irremediables, suelen brotar muy opuestas reacciones y conductas: 

 "Mientras unos se echan a llorar. ..otros ponen una fábrica de pañuelos". 

Y es que en esta vida, si se pone fuerza e intención, si se añade un poco de iniciativa y se adopta una actitud activa (eso que ahora llaman proactividad), quizá se pierda algo en la batalla pero todo acaba teniendo remedio. Salvo, claro está, la muerte. Y, si se es listo e imaginativo, incluso la muerte, en ocasiones, puede llegar a resultar una magnifica solución...

Antigua Roma. Siglo I.a. de C. El famoso poeta Virgilio, autor de la célebre epopeya latina "La Enéida", se hallaba inmerso en la organización de unas fastuosas exequias que se celebrarían en su mansión de Monte Esquilino (una de las siete colinas de Roma). 

Para tan imponentes honras fúnebres, a las que acudirían decenas, es más, cientos de invitados, -incluso el poderoso y acaudalado Mecenas, su protector, estuvo presente en los fastos necrológicos-, Virgilio no reparó en gastos: 800.000 sestercios romanos de la época, -equivalentes a 120.000 euros de hoy-, para la contratación de: 50 músicos que acompañarían con mustias melodías, prestigiosos vates que recitarían tristes y evocadores poemas, decenas de plañideras que llorarían y sollozarían por tan apreciadísima difunta; los más preciados vinos y los manjares mas delicados y deliciosos y, por supuesto, el más suntuoso mausoleo, digno de la más etérea compañera. Virgilio estaba desolado: su mosca había fallecido.

Como a cualquiera de nosotros hubiera acontecido, sus familiares, amigos, convecinos y allegados no se explicaban tan tremendo derroche ni tamaño despilfarro por tan pequeño e insignificante insecto que Virgilio, desconsolado, velaba y veneraba como a su ser mas querido. Por ello, a pesar de considerarle una mente priviliegiada y un personaje de gran solvencia intelectual y capacidad de raciocinio, llegaron a temer seriamente la posibilidad de que Virgilio hubiera devenido súbitamente loco, demente o majareta.

Pero no era así. Todo tiene una explicación: esta muerte tuvo un precio, y el precio una buena contraprestación. 

Por aquel entonces ya existían los chivatazos, radio macuto, garganta profunda y los wikileaks. Y Virgilio, con más contactos que el hijo político de un monarca, había recibido la información confidencial, solo para sus ojos, de que el Gobierno del Segundo Triunvirato de la República promulgaría, inminentemente, un Decreto expropiatorio de las tierras de los latifundistas para atribuir su propiedad a soldados retirados.

Una única excepción a la ley: Quedarían excluidos de la expropiación aquellos terrenos considerados sagrados por existir en ellos tumbas o enterramientos.

Así sacrificó Virgilio su mosca, pero salvó su latifundio ... ¡y esto no es un infundio!

¡FELIZ LUNES Y FELIZ SEMANA!

"Vosotras las familiares, inevitables, golosas, vosotras, moscas vulgares, me evocáis todas las cosas".
Antonio Machado 

 "Audentes Fortuna Iuvat." 
(La fortuna favorece a los osados)

Virgilio

GRATITUD COMPOSITUM ®

(AGRADECE, QUE NO ES POCO...)

Raído está, de tanto usarlo, el refrán. "Es de bien nacido el ser agradecido". Tanto se dice y se repite que ya CASI no nos paramos a pensar en su contenido. Es muy obvio que practicar la gratitud en verdad demuestra buenos genes y buena cuna y, sin embargo, muchos aún no sabíamos,-aunque de sobra intuíamos-,  que además, y para su mayor gloria, es pócima tan eficaz como los antioxidantes, el chocolate negro, el té verde y las bayas de Goji para mantenernos jóvenes y saludables y más inocuo, pero tan eficaz como sertralinas, paroxetinas, reboxetinas y otras "inas", para aliviar algunos males del alma.

Inductora al sueño más profundo y reparador, la gratitud constituye antídoto contra la depresión y la ansiedad, favorece unas mejores relaciones sociales y potencia la autoestima. Así lo aseveran los científicos. Y, a quien no lo crea, que lea al eminente Dr. Robert Emmons, profesor de la Universidad de California o mejor aún, que refresque los recuerdos, ponga la gratitud en práctica y experimente. En especial, alguna o algun descastado de flaca memoria, que igual debería reforzar el tratamiento con una buena dosis de rabitos de pasas.

Sabios los orientales, siglos hace que la encumbraron. Ya decía Lao Tsé que "el agradecimiento es la memoria del corazón".

Costa Este de los Estados Unidos. Última década del S.XIX. En cierta semana se desarrollaban en la ciudad de Filadelfia (Pensilvania) varias convenciones, por lo que las plazas hoteleras de la localidad se encontraban ocupadas al cien por cien de su capacidad.

 Una pareja elegante y distinguida de mediana edad procedente de Nueva York, que se hallaba de visita en la ciudad para pasar el día, decidió de forma súbita quedarse a pernoctar, tanto por haberse hecho una hora demasiado tardía e intempestiva para viajar como a causa del fuerte temporal que estaba arreciando.

Bajo una lluvia torrencial, y entre truenos y relámpagos, el refinado matrimonio hizo entrada en el hotel más próximo que pudo encontrar. Guarecidos de la lluvia, solicitaron una habitación donde poder pasar la noche, aun sin tener reserva. La única respuesta que pudieron ofrecerles en la recepción era la carencia de habitaciones y suites libres, no solo en ese, su establecimiento, sino en el resto de hoteles de la ciudad, a consecuencia de los eventos que en ella se estaban desarrollando. La pareja debía estar y parecer desolada y desesperada ya que el diligente gerente del hotel, percibiendo la angustia de los clientes, se ofreció, con una amabilidad inusual, a cederles su propia habitación y pernoctar él en algún sillón de la oficina. Abrumada por el insólitamente generoso ofrecimiento, la pareja respondió con un inicial rechazo pero, ante la insistencia del hotelero, un prusiano de nombre George Charles Boldt, finalmente aceptaron aliviados la oferta recibida. 

A la mañana siguiente, mientras pagaban la cuenta,  el cliente solicitó despedirse de su benefactor, al cual dirigió las siguientes palabras, que George Charles Boldt recibió como un simple cumplido: "Es usted el tipo de profesional con el que a mi me gustaría contar como gerente, si yo tuviera un hotel propio. Tal vez lo construya un día, únicamente para devolverle el generoso gesto que ha tenido con nosotros"

Dos años más tarde, George Charles Boldt recibió una atenta carta del agradecido cliente en la que le mencionaba la anécdota vivida por ambos y le remitía un pasaje para Nueva York junto con una invitación y un ruego de que acudiese a visitarlos. El hotelero, curioso y animado por el aliciente de visitar la atractiva ciudad de Nueva York, no lo dudó y aceptó la oferta.

Una vez en la gran manzana, el anfitrión condujo a su invitado hasta la esquina de la Quinta Avenida con la calle 34 (lugar exacto donde hoy en día se alza majestuoso el Empire State Building) y, señalando un fabuloso edificio de arquitectura victoriana, le dijo, para su monumental asombro: "He aquí el hotel que, como le prometí, he mandado construir para usted". George Charles respondió: "Esta usted bromeando, claro... " a lo que William Waldorf Astor replicó: "Le garantizo que no bromeo".

Y ésta es la grata y curiosa historia de cómo fue fundado el primer edificio del que llegaría a ser célebre hotel Waldorf Astoria de Nueva York y de cómo fue reclutado su flamante primer gerente.

PS. Para aquellos a quien no les cuadre la ubicación del hotel, Casilda tiene el gusto de aclarar que el inicial hotel Waldorf-Astoria, que aquí se cita, fue demolido en el año 1931 para construir el Empire State Building y el hotel se trasladó al fabuloso edificio Art Decó que actualmente ocupa en Park Avenue a la altura de la calle 50.

¡FELIZ LUNES Y FELIZ SEMANA!

"Dar gracias por lo que tienes transformará tu vida"
Louise Hay 


"Mientras el río corra, los montes hagan sombra y en el cielo haya estrellas, debe durar la memoria del beneficio recibido en la memoria del hombre agradecido"
Virgilio

UN CABALLO CON ORTODONCIA

A caballo regalado no le mires el dentado... porque le puede asustar. Que a veces tienen unos colmillos de mayores dimensiones que los del novelesco conde Drácula. 

Embarazosa situación en la que uno se ve sumergido cuando un alma bienintencionada se le presenta con un presente sólo digno del museo de los horrores. 

Espectaculares, por ejemplo, esas pequeñas reliquias en forma de figurita de fina porcelana de 5x3 centímetros rellenas de peladillas, -más duras que la pata de un tal Perico-, que reparten con fruición las flamantes hermanas de la novia a las féminas convidadas a la boda. ¡Prefiero el puro!.

Dirigido a señoras y señoritas, ¿Que me dicen del vestido ese tan "mono", tan "fashion", que le han regalado por su cumpleaños sus íntimas amigas, todas tan ocupadas que tuvieron que delegar la elección y adquisición del modelito en la voluntariosa y diligente, pero de dudoso buen gusto, amiga Choni? ¿Cuando usará eso? Evidentemente, el día que salga a pasear con ellas.

Enhorabuena si tiene la suerte de que alguien tira la casa por la ventana por usted y le regala una de esas incógnitas cajitas con sugerentes nombres parecidos a "Experiencia para dos" "Escapada romántica" "Spa&Wellness for two"...¡Maravilloso! Pero ...aquí empieza su via crucis particular ¿Con quien debe compartirlo? ¿Con quien se lo regala o a su propia elección? ¡Tiene que pedir vacaciones en el trabajo para usarlo! ¡Dios mio, ha de comprarse un billete de avión! Bueno no...¡dos! -que por supuesto corren de su cuenta-, porque "la experiencia religiosa" está en un hotel en las Islas Aleutianas y no incluye transporte. Y al final, no ha leído la letra pequeña: ¡caduca la próxima semana! ¡Corra, corra...! Ufff. Que relax...

Al final, poco importa el contenido del regalo; lo que de verdad importa es la ilusión, el entusiasmo y el fervor y cariño de quien lo prepara, y la intención y el agradable empeño de festejar y agasajarle.Y siempre, siempre, debemos disfrutar de ello, incluso si el presente que le ofrecen resulta ser un caballo con ortodoncia....

Nueva York, primera mitad del siglo XX. El centro neurálgico de la avenida Broadway, epicentro teatral desde finales del siglo XIX, no sólo de Nueva York sino de todo Estados Unidos, sólo comparable al West End londinense, se engalanaba y se llenaba de celebridades de la época con cada gran estreno.

A esos eventos era invitada la crema y nata de la alta sociedad neoyorquina y la mejor representación de la prensa del país.

Una vez, con ocasión de uno de estos estrenos, había recibido una invitación personal de los propios productores el periodista Ferenc Molnar, cronista de origen judío-húngaro, exiliado con motivo de la II Guerra Mundial, establecido en Nueva York donde había desarrollado su carrera como corresponsal de guerra, novelista y dramaturgo de cierto prestigio y fama.

Al evento había acudido con un amigo.

Comenzada la función y transcurridas ya varias escenas, la pieza resultó ser plúmbea y saporífera.

Nuestro periodista, hastiado al límite, se levantó de su butaca con la firme voluntad de esfumarse del teatro, pero su acompañante, vergonzoso, le paró los pies en voz apenas audible:

-"¿Qué haces Ferenc? No podemos irnos."

Molnar respondió: 

-"Pero..¿por que?"

  A lo que el acompañante le replicó:

-"Porque hemos sido invitados por los productores de la obra."

Molnar, poco convencido, volvió a arrellanarse en su butaca. Pero poco duró sentado. Un minuto más tarde, se puso, decidido en pie.

Ante esa actitud, su amigo le inquirió de nuevo: 

-"¿Qué haces? ¿y ahora adonde vas?"

A lo que el cronista respondió con suma seriedad:  

-"Pues ¿dónde voy a ir? a la taquilla...a comprar un par de localidades desde las que nos podamos marchar..."

¡FELIZ LUNES Y FELIZ SEMANA!

"Las riquezas son regalos ambicionados pero la riqueza del regalo perfecto radica en el propio presente". Spencer Johnson.

"El regalo tiene la categoría de quien lo hace"
Ovidio